Semana Santa

Este es un post bastante aburrido, aviso… y quién avisa no es traidor.

Y se acabó la Semana Santa,

Jo, hay que ver lo corta que se hace, al menos un par de semanitas serían conveniente, que entre el cambio de hora y el ajetreo pasa volando una semana.

Como cada año, abandoné a mis padres, a chico, a mi internet, a mi habitación, a las tardes skyperas por una de mis drogas habituales, la Semana Santa zaragozana, que me gusta casi tanto como el café.

El sábado me fui para mañilandia en primera clase del AVE y tras unos cacahuetes, y un sprite ahí estaba. Tito y abu me recogieron y en seguida tito y yo nos fuimos al pregón.

El pregón de Semana Santa consiste en una procesión con representantes de todas las cofradías, no llevan paso (o carroza), solo los estandartes de todas las cofradías, y una selección de bombos, timbales y tambores. También cornetas pero esas me importan menos, incluso carracas, piquetes y una matraca, pero esas tampoco me emocionan. Luego el pregonero da un discurso en la Plz. Del Pilar. Sinceramente, al pregón propiamente dicho, solo nos quedamos un año, y el hombre nos metió una paliza explicando cuantas veces se había restaurado no se qué paso que dijimos una y no más. Vimos la salida de la procesión y la vimos pasar unas cuantas veces. JO, QUE BONITOS SON LOS BOMBOS.

Al día siguiente, la procesión de Domingo de Ramos, tiene un nombre bíblico, Jesus entrando en Jerusalem o algo así, la verdad es que yo de religión, poco o nada, me sé el calvario por los pasos de semana santa, así que… Luego comida en un restaurante del barrio y procesiones por la tarde, como siempre tito y yo fuimos a ver la  que sale del Colegio Pompiliano, he googleado y es la procesión del prendimiento y del dolor de la madre de Dios, luego vimos también la salida de la de Jesús el Nazareno, que siempre sale una hora tarde o algo así y el de la humillación. Dios, que deprimentes que son los nombres, creo que hasta ahora nunca me había fijado…

El lunes vagueé extremadamente, y al final solo vimos la procesión del barrio desde el balcón.

El martes vagueé más pero vimos un par de procesiones, la de la humildad que salía del santo refugio y la de las lágrimas. La verdad es que las dos eran larguísimas y además en la salida de la de las lágrimas una pareja cantó jotas a la virgen y quedó muy potito.

El miércoles salimos con el firme propósito de ver cinco procesiones o así, pero había una nube sobre nosotros. Así que nos colocamos entre la multitud y estuvimos media hora viendo como los cofrades salían y entraban de la iglesia, y miraban al cielo, yo me indigné y le dije a mi tío que total, no iban a suspender todas las procesiones por una mierda de nubecica que había, no había terminado la frase cuando toda el agua del mundo empezó a caer sobre nosotros (sé que suena muy a licencia poética eso de no haber acabado la frase cuando… lo más triste es que no lo es, es una descripción bastante exacta de lo que pasó, mientras yo decía eso la nube se puso brava y descargó su ira sobre mí… la odio). Todo el mundo escampó hacia los porches de Independencia. Tito me compró una focachina rellena de helado de café y calentita que estaba de muerte, y viendo que la nube no era lo que parecía nos volvimos a casa.

El jueves como cada año, a las once teníamos una cita con la procesión de la Verónica. Es de mis preferidas, y creo que también de Tito. Es espectacular ver como sale esa procesión porque no se parece a ninguna otra. Son muy pocos los cofrades que integran esa procesión así que se permiten el lujo de salir de tres en tres al ritmo del toque de un solo bombo y un solo tambor. El señor del bombo es un ANIMAL, él solo consigue hacer que media avenida vibre. También canta jotas una moza y la policía nacional custodia el paso de la Verónica. Es genial.

Luego  fuimos a ver la salida de la coronación de espinas y después ya con padre y madre fuimos a ver el recogimiento de la procesión de Casablanca en San Cayetano amenizada por la Banda de Botorrita. También un espectáculo interesante.

Por la tarde vagueamos todos muchísimo, y reví running with scissors. Hay opiniones encontradas respecto a esa peli, pero me parece normal, es más rara que un perro azul marino.

El viernes, fuimos por el centro, nos topamos con la procesión de las Siete palabras, todo un espectáculo, una furgoneta la retransmitía por radio, sigo sin entender muy bien como se retransmite en directo una procesión. (Por favor, imaginen este pedazo al más puro estilo de comentarista argentino de fútbol: “y el cofrade alto parece que se pisa la túnica y pierde el ritmo de su toque de tambor mientras el portador del incienso le hace un gesto a uno de los niños para que le eche un poco más a la bandeja, el costalero gira el cuello para asegurarse de que el paso no se tuerce…” . En fin, que mientras veíamos la procesión una tipa empezó a empujar y pegar a un abuelo sacándolo de la multitud. Tito y yo, que estábamos apartados pensamos que la señora estaba loca, porque el señor iba muy bien vestido y ella tenía cara rara, pero nada más lejos de la realidad, al parecer el tipo les iba metiendo mano a todas las  chicas de la multitud hasta que la señora lo sacó… mientras un chalado se subió a la bola del mundo y se despelotó frente a todo el mundo, la policía encargada de cerrar la procesión le hizo vestirse y se rieron a carcajada limpia de él… una mañana algo bizarra…

Por la noche madre y yo vimos el cierre de siete pasos en San Cayetano, mi parte preferida de la Semana Santa, cuando los grupos se esfuerzan por dar lo mejor y más fuerte para despedir a su paso, como siempre, los mejores, los del Barrio Oliver.

El sábado sesión de compras compulsivas, resultado;

  • Un bolso
  • Dos pares de bailarinas
  • Cargamento de maquillaje
  • Máscara Colossal
  • Diadema
  • Cinturón
  • Pijamas
  • Camisetas
  • Camisa
  • Pantalones

… En mi defensa diré que mi madre se compró más cosas…

El domingo la celebración tardía del aniversario de mis padres, fuimos a la Alberca, en Movera, una  cantidad indecente de comida, como siempre buenísima, y para variar, lo más divertido, ver la cara de los demás comensales al ver las inmensas cantidades de los platos.

Por la tarde cena (lo de cena es un decir, porque tras el hartón de la comida yo no pude ni con una porción de una minipizza) con amigos y americanas apegadas, jo, como me gusta hablar inglés, aunque a veces se me olvide como se dice niebla o calamar, aunque me acuerdo de lobster y se utilizar el moaning.

El lunes volvimos a casa, y tarde de Chico…

Resta decir que en todas las salidas a procesiones había pausas para tapear, de ahí sacamos unos pinchos morunos, bravas, pimientos rellenos, croquetas, calamares, huevos con gamba… todas esas cosas riquísimas que en donde vivo no se encuentran ni a la de tres regadas con bitter… ÑAM.

El pronóstico… muchos bombos y tambores… es un buen pronóstico.

Published in: on 07/04/2010 at 10:30 am  Comments (2)  
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